Todos estamos expuestos a riesgos en nuestro día a día. Podemos sufrir una enfermedad, o incluso un accidente de trabajo. Ante circunstancias de este tipo, vamos a necesitar atención y protección. Es entonces cuando entran en juego los conceptos de Seguridad Social y previsión social.
Aunque son similares, lo cierto es que no son exactamente lo mismo. Resulta interesante conocer las diferencias entre ambos, ya que, tarde o temprano, todos vamos a necesitar protección frente a enfermedades, el desempleo o los problemas derivados del envejecimiento.
¿Qué es la previsión social?
Previsión es adelantarse a algo. Tratándose de previsión social, se trata de ver de forma anticipada ciertas carencias o necesidades que pueden tener los individuos.
Por ejemplo. Podemos prever que cuando una persona alcance una determinada edad y se retire de la vida laboral, va a necesitar tener unos ingresos regulares. En consecuencia, se crean las pensiones de jubilación.
Podemos definir la previsión social de forma más técnica como ese conjunto de medios y acciones que van dirigidos a atender las necesidades futuras de los miembros de una sociedad. Relacionadas, la mayoría de ellas, con la salud y el bienestar.
Si los términos Seguridad Social y previsión social se llegan a confundir, es porque el primero es una subespecie dentro del segundo. Vamos a verlo con más detalle.
¿Qué es la Seguridad Social?
Es un sistema público de previsión social que busca asegurar a la población una serie de prestaciones mínimas en caso de necesidad. Así, cuando estás de baja y no puedes trabajar, recibes una prestación por Incapacidad Temporal, además de la correspondiente asistencia médica.
El sistema de Seguridad Social es público y se financia a través de las cotizaciones sociales de empresarios y trabajadores (por cuenta ajena y por cuenta propia).
Es también un sistema de previsión, porque no solo actúa cuando ha surgido la necesidad. Sus instituciones realizan una importante labor de prevención de los riesgos para intentar evitar que surja la necesidad de atención. Por ejemplo, las campañas públicas frente al tabaquismo intentan evitar que aumenten los casos de cáncer de pulmón.
Seguridad Social y previsión social: un sistema solidario
El seguro social, derivado de la previsión social, es una de las máximas expresiones de solidaridad que podemos encontrar dentro de una sociedad. A través de las contribuciones de todos aquellos que están trabajando, el conjunto de la ciudadanía queda protegido con idénticas coberturas.
El Estado se encarga de garantizar que todos los ciudadanos gozarán de atención médica, pensiones y otras prestaciones sociales. A fin de garantizar el bienestar individual y, con él, el bienestar social.
En España, el primer seguro social comenzó a aplicarse en 1900, y en 1908 se creó el Instituto Nacional de Previsión. Posteriormente, surgieron otros instrumentos de protección como el Seguro Obligatorio de Maternidad o el Seguro de Enfermedad.
En 1963, la Ley de Bases de la Seguridad Social implantó un modelo unitario de protección social. Más tarde, la Constitución Española de 1978 reconoció el deber de los Poderes Públicos de mantener un sistema público de Seguridad Social para todos los ciudadanos. Capaz de garantizarles asistencia y prestaciones sociales suficientes ante situaciones de necesidad. Y este régimen es el que sigue vigente hoy en día.
¿Es suficiente el sistema de Seguridad Social y previsión social actual?
Factores como el incremento de la población, o el aumento de los pensionistas, han provocado que las prestaciones de Seguridad Social empiecen a no ser suficientes. Cuanta más gente haya recibiendo prestaciones, menor es el importe de las mismas.
Es por ello que de un tiempo a esta parte los ciudadanos están empezando a combinar el sistema de previsión social público con la previsión social complementaria de carácter privado. Se trata de seguros que pueden contratarse de forma voluntaria y que ofrecen protección frente a determinadas situaciones. Por ejemplo, los planes de pensiones permiten ahorrar para, en el futuro, no dependen únicamente de la pensión pública. Pero también hay otros seguros privados como el de vida o el de salud.
Los seguros privados no son nada nuevo. Comenzaron a utilizarse en el siglo XVII en Inglaterra, para proteger a los marineros frente a los piratas.
El seguro privado se financia a través de la capitalización colectiva. Son las primas pagadas por los asegurados las que se utilizan para soportar los riesgos y las contingencias.
La pérdida del trabajo, el padecimiento de una enfermedad, una muerte prematura, la llegada de la edad de jubilación… hay momentos en la vida que pueden dejarnos a nosotros mismos o a nuestros seres queridos en una situación complicada, especialmente a nivel económico. Por eso, no es de extrañar que haya aumentando el número de personas que desean estar lo mejor protegidas posible frente a estas contingencias. La Seguridad Social y previsión social funcionan bien, pero pueden no ser suficiente. Complementar su protección con un seguro privado puede ser la mejor decisión que tomes. ¿Podemos ayudarte a encontrar el más adecuado para ti?