La inflación en la empresa tiene consecuencias sobre todo el mercado en su conjunto porque, si a un negocio le cuesta más producir, está claro que el producto final que llegue a manos del consumidor también será más caro. Aunque es un fenómeno económico contra el que es complicado luchar, sí hay una serie de acciones que puedes poner en marcha y que te ayudarán a que sus efectos no sean tan graves.
Acortar los plazos de cobro
Con los precios en constante subida, las empresas necesitan contar ahora con más liquidez, y la forma más sencilla de conseguirlo es acortando los plazos de cobro de los clientes.
La mejora debe empezar por agilizar el proceso de facturación, de forma que el documento de pago se emita en el mismo momento en el que las mercancías sean entregadas o el servicio haya sido prestado. Además, para cada factura se establecerá un período máximo de pago de 30 días.
Esto permite que el negocio tenga siempre un flujo constante de dinero, evitando la falta de liquidez. Con ello lo que se consigue es reducir la necesidad de acudir a la financiación externa, algo especialmente importante ahora que los tipos de interés han subido y financiarse sale más caro.
Lo ideal es que el período medio de pago de los clientes sea inferior al período medio de pago de la empresa a sus proveedores. De esta manera, se garantiza la máxima liquidez posible.
Controlar mejor la cadena de suministro
Uno de los efectos de la inflación en la empresa es que el suministro de materias primas o productos se puede ver interrumpido por problemas del proveedor. De hecho, la escasez de materias primas es una de las principales causantes de la inflación.
Para un negocio, quedarse sin stock en un momento en el que el abastecimiento no está garantizado, puede ser un problema muy grave. La solución pasa por intentar evitar esta situación, y para ello hay varias formas:
- Gestionar bien las cantidades almacenadas para garantizar que se puede cubrir la demanda.
- Reforzar los vínculos con el proveedor, celebrando contratos a más largo plazo para garantizar un suministro preferente.
- Comprar productos que tengan asegurado el suministro.
- Contar con varios proveedores.
Producir bajo demanda para controlar la inflación en la empresa
Un sistema que están utilizando ya muchos negocios es ajustar su producción a lo mínimo indispensable para no gastar de más. En lugar de tener una gran cantidad de stock acumulado, se tiene un stock de producto mínimo y la mayoría de los pedidos se atienden llevando a cabo la producción cuando se formaliza la compra.
No obstante, esto puede acabar provocando problemas si la demanda sube mucho, o si falla la cadena de suministro. Por eso, no hay que dejar nunca el almacén a cero en cuestión de producto terminado.
Gestionar mejor los gastos
En todos los negocios hay gastos imprescindibles como el pago de cotizaciones e impuestos, las nóminas, etc. Pero también hay partidas económicas en las que se puede ahorrar, algunas incluso podrían ser totalmente innecesarias.
A fin de controlar la inflación en la empresa, una medida esencial es hacer una revisión a fondo de las cuentas para controlar los gastos. Determinando cuáles son necesarios y deben quedarse igual, cuáles son necesarios, pero se podrían rebajar, y cuáles son innecesarios.
Haciendo unos pequeños ajustes se puede conseguir un notable ahorro mensual. Por ejemplo, buscando un proveedor más barato para los embalajes.
Reclamar los impagos
Al revisar las cuentas de la empresa, seguro que también se acaban por descubrir créditos que están pendientes de pago. Por pequeños que sean, es hora de reclamarlos.
En una situación de incertidumbre económica, muchas empresas pueden sufrir problemas económicos y acabar desapareciendo o entrando en concurso de acreedores. Esto podría hacer que sus acreedores no cobraran todo lo que se les debe. Una manera de evitar esto es no dejar que los créditos pendientes de pago se «eternicen». Si la deuda está vencida, hay que tomar medidas inmediatamente para reclamar que sea pagada.
Aumentar ingresos para luchar contra la inflación en la empresa
Cuando los gastos de producción se disparan hay que intentar rebajarlos, pero una estrategia de éxito debe ir más allá. El objetivo fundamental de la empresa es ganar dinero, y en épocas de gran inflación el objetivo no cambia. Así que hay que seguir trabajando para lograr que el margen de beneficio crezca.
Hay muchas formas de conseguirlo:
- Fidelizando a los clientes que ya se tiene.
- Buscando nuevos clientes.
- Explorando nuevos mercados a nivel internacional.
- Diversificando productos o servicios.
- Innovando a todos los niveles posibles.
Si la organización consigue gastar menos e ingresar más con las ventas, podrá sortear sin ningún problema los ciclos económicos en los que la inflación crece de forma disparada.
La inflación en la empresa es una fuente de preocupaciones que implica llevar a cabo ajustes de manera inmediata para reducir lo máximo posible sus consecuencias negativas. Por suerte, hay otros aspectos de tu negocio que no te van a dar tantas preocupaciones si cuentas con un buen seguro. ¿Te ayudamos a encontrarlo?